domingo, 3 de febrero de 2008

NAVÍO DE LÍNEA DEL SIGLO XVIII LA SANTÍSIMA TRINIDAD


UNA CRÍTICA CONSTANTE

Siempre me ha cautivado este navío español del siglo XVIII, no lo oculto, pero ¿por qué?, se preguntarán ustedes. Realmente, si tuviera que valorar a este buque con los primeros datos que encontré al investigar, me llevaría a criticarlo sin piedad. En aquel entonces lo leído por mí hacía sólo referencias a su mal andar, difícil gobierno, etc. Pero por lo que siempre ha sido alabado es por sus buenas maderas y ligaduras.

¿Qué puede cambiar para que no se siga pensando de esta forma con respecto al Santísima Trinidad?, pues nada, si no se quiere ver lo evidente, algo, si son abiertos de mente, y mucho, si se analizan ciertos aspectos de la vida y obras en este navío.

PERO HAGAMOS MEMORIA

D. Fernández Duro en su libro “A la mar madera” dice sobre el Trinidad lo siguiente, y procedo a transcribirlo para aquellos que no conozcan este libro ni el texto:

“Si se medita acerca de los diferentes dictámenes dados acerca del Trinidad con el fin de hacerlo más resistente, se comprende que no se procedió con todo el pulso que debiera, y que con el costo primitivo del navío y el de la repetidas obras y reparaciones que se le hicieron con aquel objeto, pudo hacerse muy bien de oro, o al menos otro nuevo más a propósito por mucho menos precio, y no deja de ser extraño que cuando se adoptaban tantas y tan costosas medidas para aumentar la estabilidad del Trinidad, se la haya atacado al mismo tiempo aumentándole pesos sobre bocas al adicionarle su artillado, y más aún que á nadie se le hubiera ocurrido que en vez de alargarlo ó de embonarlo y de correrle la cuarta batería, como inconsideradamente se hizo, había sido más lógico y acertado cortarlo por la tercera, reduciéndolo del porte de 120 al de 90, en lugar de ascenderlo al de 130, con lo que no es difícil se lograra tener un buen navío, en tanto que no era posible conseguirlo por los medios que se adoptaron.”

Como aclaración diré que el Sr. Fernández Duro es crítico en exceso, no hay nada más que fijarse cuando dice que con lo que costó se podía haber hecho de oro. Es muy posible que la suma de las obras elevara su coste, pero a que buque del siglo XVIII no se le hizo alguna obra seria, e incluso cambios de cantidades importantes de madera en su estructura.

En los párrafos anteriores dice que el coste en rosca del Trinidad fue de 400.000 pesos mientras que el del Mejicano de 112 cañones no excedió de 328.449 pesos. Bien es cierto que la diferencia da para realizar una urca. Aun así no es tan enorme ni descabellada la diferencia. La obra que más polémica causó fue inicialmente presupuestada en 1300.000 pesos. Y una vez terminada sería el único navío de cuatro puentes del mundo, ni siquiera la toda poderosa armada inglesa tenía tan colosal empresa. Curiosa coincidencia, ¿o no?

EL PROYECTO

Mucho dio que hablar y mucha tinta se derramó sobre los papeles, pero es cierto que en su momento se sugirió que quedara este navío en un dos puentes, pero no fue admitida tal propuesta. Sin embargo, el 6 de mayo de 1794 el rey, en Real Orden, aprueba el proyecto que defiende Tomás Muñoz, de formar la cuarta batería con el coste anteriormente indicado. Este trabajo mejoraría la estabilidad y las formas del navío. Otra de las propuestas era dotarle en su cuarta batería, en la zona del combés, de obuses de 24 de bronce, en vez de los cañones de a 8. De esta forma no sólo se conseguiría aligerar peso en altura, sino también espacio para poder realizar las labores que requería la arboladura de un navío de estas características. En la Real Orden antes comentada, se indica que en vez de obuses de a 24 de bronce se colocaran de hierro o los cañones recamarados que estaban en esos momentos en prueba, siempre y cuando se realizara su fundición.

El proyecto de Tomas Muñoz fue valorado, y reconociéndose el beneficio que este tendría para el buque. El propio ingeniero, una vez finalizadas las obras, embarca en el navío, donde es testigo del buen manejo del buque, según expresa en una carta.

Como dato curioso decir que el Sr. Muñoz estuvo un tiempo en cama debido a la caída que tuvo en este barco durante sus obras. Fue este ingeniero, quien afirma que el Trinidad tuvo graves defectos en su construcción, de ahí, que al ser corrida su cuarta batería se le aumentaran 8 pies de eslora. De esta forma buscaba mejorar las formas del casco y el andar del buque.

Se podría decir que fue un proyecto de locos, o disparatado, como dicta Fernández Duro. Y si es así, ¿por qué el propio Romero de Landa apoya el proyecto de Tomás Muñoz? Al leer las pruebas que se le realizaron al Trinidad en numerosas ocasiones, uno se da cuenta de no puede ser todo blanco o negro. No me puedo creer que, como en algunas ocasiones ocurren, se diga que navega mal y con problemas y otras bien. Es cierto que no sería un buque marinero pero tampoco una boya artillada. Se ve claramente que había intereses de distinta índole por medio.

Pero había algo en los que todos coincidían, en sus maderas y lo bien ligadas que estaban. De hecho 24 años después de su construcción todavía era útil más de un 60% de la madera utilizada para dar forma a este coloso del mar.

Hay una preocupación que a todo modelista intriga, su proa, popa y jardines. Estas formas y perfiles son codiciados y soñados por todos. Hasta ahora nadie afirma con seguridad como eran.

Sobre su proa (mascarón) hay diferentes opiniones, incluso contradictorias, yo no puedo en este aspecto dar mucha luz al misterio. Sin embargo, si puedo afirmar que en las obras que se realizan al formar la cuarta batería fueron realizadas de nuevo estas partes del navío, aunque que no he conseguido saber el adorno que llevaba en sus jardines y popa, de momento y tal vez nunca lo sepa con certeza.

De este buque más que saber si era o no marinero, me inquieta el desconocer aún su estructura, como están ligadas sus piezas y número de ellas. Pero no deja de dar vueltas en mi cabeza una circunstancia que podía aclarar algunas actuaciones y decisiones con respecto al buque.

EL ORGULLO

En aquellos años España estaba entre las grandes potencias del mundo, nuestra economía estaba gravemente herida de muerte pero aun así éramos respetados en combates navales y otros aspectos. El propio Nelson decía de los españoles que sólo se nos podía ganar siendo ellos superiores en número.

Importante reconocimiento por parte de una persona que en público siempre intentaba hacer ver a los españoles de cobardes y desastrosos en combate.

Este último párrafo me sirve como introducción a explicar la razón del título de este pequeño artículo. Quizás, una de las opciones que ayudaron al rey a dar el visto bueno a este aumento de artillería, sea que España sería la única nación que tuviera un navío de cuatro puentes. Esto le convertía en estandarte de nuestra marina, y a la vez envidiado y codiciado el Trinidad como trofeo por las demás naciones. Se llego a decir que incluso estas naciones habían intentado poseer un cuatro puentes, pero a decir verdad no he encontrado nada que me demuestre si esto fue verdad.

En 1796, ya con su cuarto puente el Trinidad visita Tolón, de esta visita se recogen algunas noticias publicadas en los periódicos del lugar. Esto demuestra que hacía a la vez de embajada, y se paseaba al Trinidad pavoneándonos ante las demás potencias. Así se hace saber a través de una carta que transcribo a continuación:

“Exmo Sor

Para que conste en esa Capitanía General en ocasiones de semejante naturaleza que puedan ocurrir, incluyo a V.E. un exemplar de los que ha impreso la Municipalidad de Tolón, para publicar el recibimiento que se hizo á bordo de este navío de la Diputación que me envió, y del modo con que fui recibido al corresponder á la visita.

Dios que á V.E. ms as Navío
Santísima Trinidad en la Rada de Tolon á 21 de Noviembre de 1796.

Juan de Lanjara

Exmo Sor Dn Miguel Josef Gaston.”

Pienso que por mucho que digamos, incluso actualmente, era un buque no deseado por nadie, en el siglo XVIII fue utilizado como orgullo de nuestra Marina Real y símbolo de supremacía en la construcción de estas bellas máquinas de guerra.

Juan Carlos Mejías - http://www.siglosdemadera.es/

5 comentarios:

ramon dijo...

Ante todo bienvenido Juan Carlos y muchas gracias por tu aportación.
Personalmente comparto tu punto de vista de aversión/atracción por este barco.
Soy un modelista casi lego en el XVIII, pero en este caso creo que es una ventaja. Creo que el Santisima Trinidad ha entrado a formar parte del inconsciente colectivo de la nación. Puntualmente aparece, insospechadamente,ante la opinión pública en los lugares mas imprevistos, desde en una plaquita en un souvenir de chiringuito de costa hasta en una macrodiscoteca flotante malagueña, pasando por los reicividantes kits por fascículos. Son muchísimos los modelistas in péctore (ni siquiera noveles) que sueñan con iniciarse con un Trinidad. El barco ha calado en la conciencia histórica de los españoles aunque se ignore su peripecia vital o sus características. Por esto da igual su belleza o fealdad, su estabilidad, sus nudos...etc. Cómo da igual en el caso del Victory para los ingleses o del Duilio para los italianos. El caso es que fue el barco mas poderoso, en términos relativos, que tuvo España (comparte este puesto con el Pelayo, pero éste último murió en la cama) y ese hito ha perdurado.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Juan Carlos por esta inestimable aportación. Es una delicia leerte. Y no es coba, es simplemente un modo de animarte a que te prodigues con artículos como este.

Francisco Freijanes dijo...

Tengo el "honor" de ser uno de los muchos modelistas que ha construido el S.T. de OCCRE. Sin menoscabo de ser un barco que se hace por piezas, he de manifestar que es una de mis mayores satisfacciones como modelista.
Mis conocimientos sobre el S.T., antes de construirle, eran muy someras. Durante la ejecución de la obra fuí profundizando hasta tener, creo, un conocimiento muy completo, pero siempre me sorprenden aquellas visiones distintas, enfoques nuevos que sobre el tema se puedan expresar, y que uno no se habia planteado opiniones como las que viertes en el articulo, alabado y/o denigrado, exponente de como somos los españoles.
Me gustan las lecturas novedosas sobre cualquier tema, más sobre éste, que ofrecen una perspectiva diferente. Buen articulo:

zapalobaco dijo...

No me gustan los navíos de línea.

¡Bueno! Maticemos, no me gusta hacer navíos de línea, están muy vistos y en nuestro caso, en el de la marina española, tienen el plus de dificultad de la falta de documentación. Lo cual implica un trabajo extra de documentación que si bien en muchos casos es verdaderamente gratifican te, no tiene porqué ser siempre así. Y, a mi, en este caso me abruma.

Pero el ST es un caso aparte, siempre me llamó la atención los poco contrastado que hay, en información gráfica, no en documentos digamos mercantiles.

Sabemos exactamente cuanto medía en cada momento de su historia, pero no hay una sola imagen, ¡Del barco más grande de su tiempo!

Leemos comentarios desfavorables, sobre todo por parte española, pero todas las marinas lo codiciaban. ¡Algo debería de tener!

Mi vuelta al modelismo se motivo como consecuencia de haber leído algo sobre el aniversario de Trafalgar. Solo hay que molestarse en leer mis primeras entradas en modelismonaval.com. Ciertas historias familiares me incitaron a hacer una sección del Trinidad, proyecto que subsiste, solo que espero encontrar mejor y más documentación.

Y en esa línea, ¿Que se sabe del libro de Más Navíos? ¿Vale la pena? Es una información que me interesa mucho, si alguno sabe algo que lo comente. Supongo que hay muchísimos interesados.

Finalmente Gracias Juan Carlos, Gracias por enfoque nuevos.

curro dijo...

excelente articulo Juan Carlos,pero aun tengo dudas como hemos alguna vez comentado de este navio,como bien sabeis,lo estoy haciendo
Hay gente que lo ha realizado con el casco rojo y negro y palos amarillos y negro,personalmente me parece antiestetico tanta policromia,no se si realmente iva asi...........
nada esperamos mas articulos tuyos
saludos