Hay muchos indicios que indican el fín del verano: ver los uniformes y material escolar en los supermercados… pero el definitivo es sin duda la aparición de los coleccionables por fascículos.
Entre la inmensa variedad de ellos también hay lugar para el modelismo naval. Y a ellos me voy a referir.
Entre la inmensa variedad de ellos también hay lugar para el modelismo naval. Y a ellos me voy a referir.
1.-Los modelos: sin excepción suelen ser modelos vistosos con gancho (San Felipe, Santísima Trinidad…) pero quizás no los más adecuado para compradores sin experiencia. A veces son los mismos modelos de una conocida marca, o modelos realizados ex profeso para el coleccionable (Bismarck de Salvat que es de la firma Amati). La calidad de los modelos lógicamemente depende del fabricante que al ser marcas conocidas aportan garantía.
2.-Los fascículos: son bastante mejorables la parte no dedicada al proceso de montaje. ¿Tan difícil sería acompañarlo de una buena serie, iniciación al modelismo, historia naval,…?
En su haber decir que cada fascículo, al corresponder a un proceso de montaje “corto” son un paso a paso exhaustivo. Por contra, el número de fascículos no suelen bajar de 140, de salida semanal nos dan total de unos 3 años de colección.
3.-El precio: lógicamemente el comprar un modelo por fascículos ha de ser necesariamente más caro que comprarlo directamente (San Felipe, Santísima Trinidad).Tenemos la ventaja de pagarlo poco a poco claro. Salvat ofrece el 10% de descuento suscribiéndose por internet al Bismarck.
Resumen: yo creo que es mejor que haya fascículos dedicados al modelismo naval a que no los haya. Por ejemplo, este año me he llevado la grata sorpresa del Bismarck de Salvat a escala 1/200 con una relación calidad-precio magnífica. Por cierto no llevo comisión de Salvat. Es una opinión independiente, equivocada o no.
Saludos