INTRODUCCIÓN
Voy a comenzar una serie, muy larga ya adelanto, de entregas de lo que pretende ser un tratado de arboladura y jarcia. Es una materia que me gusta, de hecho es la parte del modelo que mas me gusta, y creo que seria de utilidad sistematizar lo poco o mucho que he aprendido sobre esta materia en una serie de entregas.
Pretendo abordar la elaboración genérica de una jarcia completa, iré aportando entregas con una regularidad variable, pero que pretendo que no sea superior al mes. Por supuesto, es en esta materia donde es más útil la intervención de los lectores y contribuyentes pues es una materia abierta donde caben muchísimas aportaciones de gente que sabe más que yo o que lo hace de distinta manera. Estas aportaciones vendrán a incorporarse a este tratado.
La elaboración de la arboladura y jarcia suele ser objeto de preocupación entre los neófitos en el modelismo y de los menos neófitos. Da miedo. Cuando se ve un modelo bien ejecutado de un velero la reacción suele ser de admiración por la jarcia y surge la duda de si ¿seré capaz de ejecutar yo eso? En los foros no es raro encontrar foreros despavoridos por donde empezar etc.
Esta serie de entregas pretenden aclarar algunos conceptos. Para elaborarla mezclaré material ya conocido y material inédito; el material gráfico saldrá de los antiguos hilos - así como de las miles de fotografías no publicadas que en su momento hice- sobre el Húsar, del Marqués del Duero, el San Telmo, Virgen de la Cruces, Neufchatel y Sebastián Gumá, principalmente.
CAPITULO 1. ELEMENTOS DE AMARRE. GENERALIDADES Y PRINCIPIOS
Lo primero que hay que abordar sobre la jarcia es la absoluta necesidad de pensar en ella mucho antes de abordarla, cuando se está ejecutando el casco. Hay que pensar que, en un velero, el casco es una plataforma para sostener la jarcia así que muchos elementos necesarios para la misma hay que dejarlos preparados cuando se está ejecutando el casco. Cito entre ellos:
- Mesas de guarnición
- Cabilleros
- Bitas y abitones
- Cáncamos
- Motones y barras de retornos
- Cornamusas
- Groeras de las escotas o escoteras
- Fogonaduras
Me quedo alguna pieza, sin duda, pero se podrá llenar el vacío fácilmente. La ejecución correcta de estas piezas es esencial. Una vez que se haya empezado a arbolar si, por ejemplo, cede una cornamusa o no está puesta, es una catástrofe pues es muy complejo reparar o subsanar el problema.
Con respecto a estos elementos yo subrayaría con trazo gordo las siguientes reglas o más bien, mandamientos:
- Todas estas piezas deben sacrificar la estética a la utilidad
- Todas estas piezas deben fijarse al casco de la manera mas sólida posible
- Estas piezas deben hacerse de manera abundante, pensando en que sobren y que nunca falten
- A la hora de colocar estas piezas debe pensarse someramente la trayectoria de los cabos a los que servirán
- Tener en mente que muchas de esas piezas, la mayoría, quedarán tapadas cuando el barco esté terminado
Paso a desarrollar brevemente estos principios:
- Todas estas piezas deben sacrificar la estética a la utilidad. En efecto, aún cuando hablamos, como es el caso, de piezas de un modelo estático, los elementos de fijación de la arboladura tienen un cometido funcional puesto que van a ser sometidos algunos de ellos a tracciones importantes, eso implica que en determinadas ocasiones el conflicto entre estética o utilidad deba resolverse a favor de ésta última, pues de nada nos sirve una cornamusa bellísima pero endeble si cuando vamos luego a amarrar un cabo se parte o desprende.
- Todas estas piezas deben fijarse al casco de la manera más sólida posible. Es una consecuencia de lo anterior, al tener estas piezas que soportar tracciones los métodos de fijación deben ser fiables y sólidos; esto implica evitar fijaciones exclusivamente basadas en el cianocrilato o el pegamento de contacto. En lo posible procurar fijaciones mixtas pegamento/clavado, utilizando clavitos, alfileres, mechas de madera o trocitos de alambre: un pequeño trocito de alambre débil y maleable cuando se usa a modo de mecha combinado con cola da lugar a una unión casi indestructible. El pegamento epoxi y el de poliuretano son especialmente útiles para estas piezas.Observese las raices de estas cornamusas
Estas piezas deben hacerse de manera abundante, pensando en que sobren y que nunca falten. La cantidad de cabos que lleva una arboladura completa es ingente aún en los modelos más simples, así que tenemos que prever un número muy importante de amarres. Recomiendo hacer una pequeña recopilación, de cabeza, de los posibles cabos y ampliar el número que resulte en un veinte por ciento. Si no se sabe hacer de cabeza y se tiene un simple plano de arboladura, se puede contar por encima los cabos y ampliar la cantidad también en un veinte por ciento aproximadamente. Si se trata de un kit a mejorar (doy por sentado que el quiera hacer un kit sin mejorar no leerá esto), salvo que se trate de un kit de alta gama, recomendaría ser mas radical y casi duplicar los amarres. Para un kit de alta gama los aumentaría en un diez por ciento al menos. ¿Cómo aumentar los amarres? Pues como casi todo en jarcias no hay regla fija pero si recetas: mas agujeros en los cabilleros, luego mas cabillas, muchas cornamusas, algunos abitones mas o menos discretamente colocados, algún guindaste. No olvidemos que en los obenques se puede y se deben utilizar como puntos de amarre con cornamusas cosidas a ellos.
A la hora de colocar estas piezas debe pensarse someramente la trayectoria de los cabos a los que servirán. En lo posible, cuando se coloque un punto de amarre debemos tener en mente, aún someramente, cual es el recorrido de los cabos a los que sirven por una mera razón: evitar ubicaciones imposibles, por ejemplo en los caso en los que el cabo puede verse obstaculizado por otro, o por una borda o por un cabrestante, etc.
Tener en mente que muchas de esas piezas, la mayoría, quedarán tapadas cuando el barco esté terminado. La ejecución de las piezas de amarre suele ser fuente de preocupaciones muy graves sobre la estética de las mismas y su acabado. He observado un curioso efecto consistente en modelistas que han ejecutado de una forma un tanto descuidada grandes elementos visibles del casco y luego consumen toneladas de papel de fumar en una cabilla o en una cornamusa, elementos tan efímeros como una falla: cuando cumplen su misión desaparecen bajo una aduja o un nudo. Así que recomiendo no gastar ni tiempo ni hígado en afinar hasta el extremo en estas piezas y reservar estas energías en lo que SI se va a ver.
Este cabillero tan complejo de fabricar queda totalmente oculto por las adujas
Recomiendo tener siempre en la cabeza estos principios y antes de poner cualquier pieza de amarre repasarlos mentalmente para ver si se han cumplido. Cuando un pase un poco de tiempo esto será innecesario pues ya de forma instintiva saltará un luz de alarma cuando los estemos vulnerando.
5 comentarios:
Bravo Ramón!!, sin duda una iniciativa interesantísima de la que no voy a perder detalle, Espero ansioso las siguientes entrgas
Ramón, una vez más hay que darte las gracias, por tu esfuerzo, por tu generosidad y por tu valentía.
Espero que tenga una acogida como se merece y que cada uno, en la medida de nuestros conocimientos y posibilidades, nos atrevamos a completar esta obra que seguro, va a dar muchísimo que hablar.
Excelente, Ramón. No se de donde sacas tiempo (ni ganas) para todo lo que haces. Me das una envidia tremenda,de la sana, pero mucha.
¡¡¡GRANDE!!! Ramon, un tema totalmente desconocido por mi y al que muchos le tememos, Gracias por compartir tus conocimientos de la forma que lo haces siempre.
Un abrazo
Ramón: Estoy haciendo un PDF con el tratado de arboladura, en principio es para mi uso como material de referencia y consulta, ya que lo considero de gran interés. Si lo deseas, puedo enviártelo una vez que lo tenga ultimado.
Enhorabuena y gracias por compartir tus conocimientos.
Un saludo. Zocu
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