lunes, 9 de marzo de 2009

CAJAS DE FRUTA: EL MODELISMO NAVAL DE LOS POBRES (PARTE III).

4.- Aplicaciones en el modelismo naval: el trabajo diario.

Entre las aplicaciones que se le pueden reconocer a éstos materiales, hay una infinidad, dentro del modelismo naval, que les hace dignos de interés y por los que merece la pena echar un vistazo a éste artículo. También se podría decir, a modo de comentario, que este tipo de materiales no solo son aplicables al modelismo naval, sino que tendrían su aplicación en el aeromodelismo y al modelismo de edificios, o al ferroviario, sobre todo en dioramas, pero no vamos a entrar en detalles puesto que se saldrían del ámbito de éste trabajo, que son los barcos.

Ciertamente, se podría afirmar que con la madera de las cajas de frutas se puede construir todo tipo de piezas de la misma manera que con otros materiales mucho mejores y de más aplicación en éste arte. La principal diferencia, como ya hemos visto, estaría principalmente en sus características estéticas y mecánicas, pero para un modelista iniciado, estos materiales representan una oportunidad para comenzar con poco presupuesto y ensayar modelos sencillos, para un modelista medio, es un desafío a que prepare sus propios materiales, que le van a asegurar la experiencia hacia el modelismo naval avanzado, dado que les puede sacar casi el mismo partido que a las maderas nobles y tropicales, para un modelista experto esto no tendría que suponer un problema si, en un modelo que está construyendo, aplica técnicas de envejecimiento, de pintado, de enmascaramiento o de cualquiera que consiga adecuar el aspecto de unos materiales sencillos a un objeto que pretende representar un barco, antiguo o moderno, con realismo, sin contar que, una vez montado un modelo de arsenal, en perfecta imitación del navío que pretende representar, no es tan fácil distinguir éstas maderas de las maderas nobles, una vez que forman parte del barco en cuestión.

Hoy día, se pueden encontrar en el mercado una variedad inagotable de productos para trabajar con la madera, desde una simple pintura normal, hasta mezclas de diferentes productos químicos, pasando por tintes, barnices, colorantes, diluyentes, catalizadores, etc., que ofrecen la oportunidad de cambiar totalmente el aspecto de nuestro modelo, de modo que sea casi imposible en algunas ocasiones averiguar que los materiales empleados provienen de unas vulgares cajas de fruta que hemos recogido de la calle, sin perjuicio de la calidad de los buenos materiales que se puedan utilizar, y de los ojos expertos de los modelistas profesionales.

Antes de desarrollar las aplicaciones en sí, se impone comentar que los materiales que estamos viendo sirven para construir modelos estáticos, de cualquier tamaño y clase, y también modelos navegables con las mismas características, con solo trabajar éstos de manera diferente, prepararlos para ello, o tratarlos mediante técnicas distintas, a pesar de que la principal aplicación de la madera de cajas de fruta es, como ya se ha comentado, la construcción de los cascos, lo que supone que el tema de mástiles, piezas decorativas o elementos de maniobra, aunque entran dentro del alcance de éstas maderas, podrían crearse con otro tipo de materiales diferentes basado prioritariamente en la belleza de tonos y colores, que conceden una estampa especial a las naves de modelismo.

Pero hay ocasiones en que el modelista, novel o avanzado, guarda ciertas dudas ante el resultado que le puede deparar su barco utilizando estos materiales, ¿y si no queda bien después de trabajar tantas horas?..., es una cuestión lógica que alguien se puede plantear en un momento determinado, y estos materiales son una buena opción, sin duda, en cualquier situación; además, las maderas de las cajas de fruta también tienen aplicación para construir gradas en las que armar el esqueleto del barco, con lo cual, ante ciertas reservas frente al modelo, siempre nos queda la opción de utilizar estos materiales en aquellos montajes provisionales que nos aporten solamente ayuda, sin formar parte del modelo en sí.

La mejor manera de probar la eficacia de la madera que estamos tratando sería construir modelos sencillos hasta estar seguros de que es lo que deseamos, o al menos, lo que nos puede llegar a convencer, conociendo sus secretos para poder aplicarlos mejor a éste tipo de materiales en concreto, o construir réplicas ya construidas con otros materiales comerciales de modelismo naval y observar las diferencias que presentan ambos modelos.

Cuando se pretenden construir muchos modelos iguales de un barco, también estos materiales suponen una opción curiosa, teniendo en cuenta que se pueden tener al alcance una gran cantidad de piezas de muchos tamaños, sin necesidad de buscarlas en los comercios, y podemos montar varios cascos al mismo tiempo con el consiguiente ahorro en listonado y en materiales. La fuente de donde proceden estas maderas es casi inagotable, y en el sentido comercial privado, desde un punto de vista, cuando pretendemos vender los modelos, el beneficio será más alto, al ser capaces de crear más barcos con menos inversión, y tener la libertad de venderlos con una calidad, que, cuando se trata de modelismo medio, siempre será de mucho más realismo que los kits comerciales, además del mérito personal que poseen los modelos montados mediante este sistema, que nos hacen sentirnos orgullosos de haber realizado un trabajo muy semejante al que llevaban a cabo los armadores hace siglos.


FORROS FINOS Y FORROS GRUESOS.

Si tenemos en cuenta, a modo de ejemplo, una nave de tamaño pequeño, en éste caso un queche de recreo, de dos palos, de alrededor de 1930, cuyo casco esté construido con tablazón de 200 mm. de ancho y un grueso a la línea de 50 mm., y considerando una escala de 1/80, construido por el sistema de mamparos vaciados, es decir, plantillas de cuadernas en forma de U, sin macizar, estaríamos observando un modelo de 30 cm. de eslora, que a tamaño real tiene 24 metros entre perpendiculares. Uno de los ensayos para éste modelo ha sido llevado a cabo, de manera experimental, con estos materiales, utilizando como tablas las piezas que hemos bautizado como “forros finos” dentro de éste trabajo y técnica, y que son las marcadas en las fotografías de las partes I y II, anteriores de éste trabajo, con la letra C, y que tienen 1 mm. aprox. de grosor de canto, les hemos cortado con 5 mm. de ancho. Aunque en principio parezcan piezas débiles, el resultado es admirable, su casco queda sólido como si estuviera hecho de materiales mucho mejores, y su consistencia es resistente como un modelo cuyo casco tuviera mayor grosor.

El secreto de lo que se acaba de mostrar reside en el principio físico de que un vaso cerrado, al poseer materiales débiles que son reducidos en tamaño y ligados estratégicamente entre sí, adquiere una mayor resistencia y elasticidad aportadas por cada pieza de manera autónoma, sumando toda la solidez al casco terminado, que basa la fuerza de su estructura en la perfecta unión de sus piezas.

El corte de estas piezas no tiene ningún misterio, y se obtienen a montones con un par de plantillas simples, pero hay que confesar que éste tipo de tablazón, en el caso experimental que se ha presentado, estaría un poco fuera de lugar cuando se tiene en cuenta a los navíos de cualquier clase y categoría, pues las piezas que a la misma escala sirven para este pequeño queche, no servirían en absoluto para una fragata holandesa a la misma escala, y muchísimo menos para un navío de línea francés del siglo XVIII, que exigen una tablazón más gruesa y fuerte, debiendo para ello remitirnos a la tablazón marcada en las fotos de las partes anteriores, con las letras A y B.


En éste último caso, si consideramos una fragata de unos 30 metros a escala 1/50, que nos daría una eslora entre perpendiculares de 60 cm., podría estar construido, en la realidad, con una tablazón que rondaría los 250 mm. de ancho con un grosor de canto de unos 80 a 100 mm. en las más grandes, lo cual nos da una tabla de modelismo de

250 : 50 = 5 mm ; 100 : 50 = 2 mm.

Los materiales para este caso consistirían en piezas de tablazón que se han bautizado como “forros gruesos”, y que se obtienen de los laterales de las cajas de fruta, ya conocidos, y observados en las fotos de las publicaciones anteriores con las letras A y B, a menos que se desee utilizar los forros finos y solapar dos o más piezas de 1 mm. entre ellas, aumentando su grosor. Dependiendo del modelo construido, esto último representa más trabajo pero no implica menos robustez en el casco, siempre que se construyeran con, al menos, dos o más forros complementarios, unos sobre otros, para llegar a obtener el grosor de los forros gruesos, con los forros finos.


CUBIERTAS.

En las cubiertas se suelen utilizar los mismos materiales tratados en el párrafo anterior, salvo que, en virtud de su propia escala, haya que rebajarlos, lo cual no encierra ningún misterio para un modelista naval, acostumbrado a preparar piezas, limar, lijar, rebajar, cortar, etc., solo que en ésta ocasión, puede afirmar que está fabricando sus propios materiales, y la ventaja de éstos es que se pueden adaptar a varios tipos de modelos diferentes, casi con las mismas medidas. En el caso de las cubiertas, los pequeños listones obtenidos, que poseen una medida de 5 mm. x 2 mm. de grosor, de los que estamos hablando, servirían igualmente para la tablazón del casco de un modelo sencillo de tamaño medio, y asimismo, para fabricar las cuadernas de un bote o esquife de un gran navío, una vez que han sido dobladas adecuadamente sobre un molde, para formar un esqueleto.

Para un modelo navegable que alcance una eslora de hasta 1200 mm. o más, las piezas para tablazones llamadas forros gruesos pueden poseer hasta 4 mm. de grosor, y son las más aconsejables para garantizar un casco fuerte y sólido que aguante los movimientos en el agua, soportando bien las presiones a las que estará sometida su carena, pero hay piezas de esta clase que tienen incluso 5 mm. de grosor, las cuales dan la oportunidad de aumentar el tamaño del barco, disminuyendo su escala, y seguir gozando de un material a precio muy barato, que asegura la construcción del modelo, sin la preocupación de que, al cometer errores en una obra de más volumen, corramos el riesgo de estropear un material que supone una inversión determinada.

Todas las maderas de forros que estamos viendo poseen la virtud de facilitar uniones con cualquier clase de pegamento o cola, con la máxima garantía de resultado, y al ser más ligeras, se sostienen casi por sí mismas en pocos minutos sin necesidad en algunos casos de elementos de sujeción o apriete. En el caso de los navegables, son fácilmente adaptables a todo tipo de coberturas de aislamiento, como la fibra de vidrio, los cementos de carrocero, pinturas antifouling, barnices marinos, e incluso a las resinas o breas propias de los calafateos, los cuales absorben rápidamente, introduciendo el producto en sus fibras y endureciendo el material de que están hechas.


Las cabezas de estos tablones ofrecen la posibilidad de ser rebajados a media madera o a cola de milano, para reforzar su unión con otro tablón, de modo que a veces las tracas continuadas con éste tipo de machihembrado resultan de una fuerza increíble en el casco, y es difícil que se rompan las hiladas por estas uniones sin hacer suficiente fuerza sobre ella, dado que su grosor y la aceptable calidad de la madera aseguran bastante resistencia en conjunto, esto resultaría mucho más útil para el modelismo dinámico o navegable. El hecho de crear tracas cortas para ser unidas con ésta, o con cualquier otra unión diferente, no tendría más fin que imitar las medidas auténticas que poseían los tablones de un navío de aquella época, y para una media de unos 10 metros, en un modelo a escala 1/50, se aplicarían piezas de

10.000 : 50 = 200 mm. de longitud.


A veces presentan nudos duros de color marrón oscuro, fruto de alguna parte del árbol que se hallaba en el cruce de ramas. Estas partes deben ser desechadas inmediatamente porque no sirven para su uso y pretender utilizarlas es apostar por el fallo de la pieza a corto plazo. Sin embargo, gran parte de las plantillas que poseen nudos, se pueden aprovechar sin problema en el resto de la pieza, pues las zonas nudosas no suelen afectar más que al área donde éstos existen, sin perjudicar el resto de la madera; hay una clase de las maderas que presentan nudos que es de las más duras y resistentes que encontramos entre este tipo de materiales, y que son susceptibles de ser transformados en piezas importantes, o piezas que requieran resistencia y calidad, tales como motonería, tallas muy diminutas, columnas de cabilleros, puntales, baos y semibaos, rellenos de batideros, piezas de cofas y crucetas, barraganetes, regalas y tapas de regala y un largo etcétera, por ello no deben ser miradas como material de desperdicio, limitándonos a sacar partido de las partes que no estén inutilizadas.


ENJARETADOS.

Uno de los montajes que podemos construir con una parte de las maderas, según el barco, la escala y el tamaño de la pieza, son los enjaretados, esos cierres de bodegas, cubiertas protegidas y tragaluces que equipan muchas naves, y que se forman encajando una serie de piezas en otras a través de cajeados. Nosotros utilizaremos en este caso las piezas llamadas forros finos, que poseen un grosor entre 0.8 a 1 mm., dependiendo del origen de la pieza, y son fácilmente fileteadas con discos dremel, apenas se tardan unos minutos en construir un entarimado de estas características.

Primero tomaríamos una de las piezas almacenadas, cortamos las tiras del ancho requerido tras haberlas pulido ligeramente con papel lija lo más fino posible, luego calculamos la distancia de los cortes según la escala de las claras que deba tener y pintamos una diminuta línea guía en cada una de las piezas a encajar; hecho esto, se hacen cortes siguiendo las líneas marcadas con el disco, que tiene exactamente el grosor que necesitamos para encajar el canto de la otra pieza, y tras formar varios peines, los vamos uniendo unos dentro de otros hasta formar el enrejado que cerrará el marco.


Solo nos faltaría darle el pintado, tintado o barnizado que queremos a la pieza y dejar que seque tranquilamente. Con éste método se pueden fabricar en serie, en poco tiempo, un buen número de enjaretados de diversas escalas y grosores, puesto que siempre tenemos la opción de unir dos de estas pequeñas tablitas, pegadas una sobre otra, y formar una que tenga 2 mm. de grosor para un barco mayor que requiera escalas más grandes. La dificultad sería exactamente la misma, y el trabajo solo sería aumentado al encolar cada par de piezas finas para formar otra más gruesa.

Para llevar a cabo el corte de las piezas, solo debemos tomar una de las plantillas desmontadas de las cajas, lijarla y pulirla bien con grano fino, del orden de 220 a 400, y examinar qué piezas son las que debo construir.

Una vez que hemos calculado la escala según el modelo, tomamos un lápiz y una regla, marcamos el ancho de la pieza y dibujamos a través de puntos de referencia, una línea que nos indique el corte a lo largo de la plantilla, como indica la fotografía adjunta. Después cortaremos siguiendo la línea, con una segueta, pequeña sierra de bricolage, sierra de disco, o disco dremel de corte, según la clase de plantilla a cortar, y obtendremos una serie de piezas para utilizar en cascos, cubiertas o piezas diversas, partiendo de las piezas ya cortadas.

El lijado o pulido de las piezas también se puede concretar después del corte de éstas, bien con papel de lija o con limas para metal finas, con las cuales además, se evitará rayar demasiado las piezas. La ventaja de las limas pequeñas y estrechas que encontramos en el mercado para trabajos minuciosos, garantizan que el resultado sobre el pulido sea muy pulcro, aunque tenemos otras técnicas como la utilización de trozos de vidrio que aseguran de una sola pasada un pulido inimitable sobre estas maderas blandas, dejándolas lisas y brillantes, sin apenas alteración de sus superficies.

miércoles, 7 de enero de 2009

CAJAS DE FRUTA: EL MODELISMO NAVAL DE LOS POBRES (PARTE II).

3.- Obtención y preparación del material.

Como ocurre con la mayoría de los trabajos, cuando nos planteamos construir un barco, debemos contar con la aportación de sus materiales, y esto nos pide una serie de piezas con unas determinadas características, independientemente del origen que estos posean, ya que cada trabajo cuenta con una serie de fases de planteamiento, diseño y montaje, y en el modelismo naval son especialmente importantes, puesto que un modelo puede llegar a tener muchas piezas, si pensamos en el modelismo de arsenal, cuyo conocimiento habrá que haber previsto antes de comenzar su fabricación.

Entre estas características están la escala, largos, anchos, gruesos y formas determinadas por las distintas piezas a preparar, y antes de hacerlo hemos de tener claro que éstas se puedan copiar y sacar de los materiales elegidos. Los materiales que vamos a estudiar tienen ya unas medidas estandarizadas, de manera que no vamos a tener muchas oportunidades de decidir cuáles son los centímetros de más o de menos que queremos cortar, pues éstas ya vienen cortadas, sin embargo, esto no nos prohíbe obtener todas las piezas que deseemos con las medidas que deseemos, al contrario, nos ofrece la oportunidad de preparar un material relativamente sofisticado con técnicas adaptadas a estos materiales.

El origen de nuestras cajas de frutas es, tanto peninsular como americano, aunque en nuestros supermercados podemos encontrar referencias de algunos puntos concretos dependiendo del producto, de la línea comercial y de la empresa que las utiliza. Por lo general, las cajas son fabricadas y montadas en el mismo lugar en donde se obtiene y se vende el producto, por empresas mayoristas del sector primario, que utilizan grandes naves industriales para el efecto, a veces al lado del punto de extracción y otras en distintos lugares.

Obtenidas a partir de tablones aserrados previamente, sus piezas son cortadas con sierras de cinta de diente agudo, especialmente indicado para materiales blandos, consiguiendo tableados finos que se van uniendo luego con grapadoras industriales, en ocasiones también con máquinas de cosido que utilizan grandes bobinas de alambre, de modo que se fabrican en serie una enorme cantidad de cajas que son destinadas al lugar de embalaje del producto, donde se estampa la mayor parte de las veces, en sus maderas, el sello o logotipo de la empresa que podemos observar en los comercios del ramo, para dar salida a sus objetos de venta.

No supone para las empresas una inversión grande de dinero en embalajes puesto que los chopos crecen rápidamente, existiendo en poco tiempo grandes bosques, además de que el corte de éstos se lleva a cabo en un momento certero en que, el material es lo suficiente maduro para que sirva a su destino, y no haya envejecido demasiado, de manera que si no se talaran, ya no servirían para otra cosa, comercialmente hablando, que para este fin, por ello, el destino para embalajes se podría calificar de obligado y el precio de estas maderas suele ser más bien bajo. Esto hace que las cajas de frutas sean totalmente desechables una vez utilizadas, ya que se pueden fabricar nuevas cada vez que se envasa, sin problema de tener que invertir una gran suma en algo tan necesario.

Provienen fundamentalmente de zonas como Murcia, Valencia o Canarias, entre otros puntos de origen, y en América podemos hallar orígenes como Argentina mayormente, Perú o Brasil, aunque es fácil observar que, muchas veces, los productos vienen exportados hasta nuestro país, y luego, las grandes distribuidoras los envasan, una vez en España, en las cajas de frutas preparadas ya en nuestro suelo, donde hacen constar el origen de ultramar en las maderas mediante los sellos de estampado.

De hecho, las cajas de fruta, en sus distintas versiones, traen materiales de chopo que poseen una variada gama de anchos, largos y grosores, con los cuales se puede trabajar de una manera muy cómoda y amplia, teniendo en cuenta el destino que le vamos a dar a estos materiales, ya que el tema de las escalas, a veces, nos exige reducir mucho el ancho o el grueso de una pieza, y nuestras plantillas “prefabricadas” ya nos van a dar la solución. En una caja de fruta, se pueden obtener un buen número de éstas plantillas, todas diferentes, y dependiendo de la clase de caja que recuperemos para reciclar, se pueden aplicar mejor a la tablazón de los cascos, a las cubiertas --unas para navíos y otras para botes y esquifes-- o para realizar piezas muy variadas como son motonería, baos, puntales, durmientes, estructuras de coronamientos..., incluso vamos a mostrar una técnica utilizada para construir cuadernas con sus piezas, siguiendo un método sencillo que seguramente muchos modelistas ya conocen de sobra, a pesar de que las piezas más habituales que se obtienen de éstos materiales son tablas y tablones de diferentes escuadrías, y, en el caso de las cuadernas especialmente, se aconseja utilizar otros materiales distintos, más por las formas que por la calidad.

En la parte anterior de éste trabajo, se comentó que había al menos cuatro clases diferentes de maderas entre las cajas de fruta, y es que el aspecto que presentan, es en multitud de ocasiones algo diferente; ello es debido a varias razones, entre las que cabría comentar la clase de chopo de donde se cortan las piezas, el desarrollo o edad del chopo, las variaciones tanto del terreno como de la meteorología a las que ha estado sometido el árbol en cuestión, la curación que se ha llevado a cabo para la obtención de la madera, el tipo de corte que se ha dado a las piezas, y la manera de almacenar éstas piezas a la que hay que sumar las condiciones a las que ha estado expuesta durante su almacenamiento, y que pueden cambiar algo su fisonomía y sus cualidades a la hora de utilizarla.

Para obtener el material de las cajas de fruta, antes debemos desmontarlas, pues como todos hemos observado en multitud de ocasiones, sus piezas vienen unidas mediante grapas industriales de hierro de 1 mm. de sección, fuertes y resistentes, que solo ceden al alicate cortador de alambre o al alicate universal, además de una tenaza de sacar clavos para las grapas, pudiendo aflojarse de su emplazamiento con un pequeño destornillador o formón de punta afilada...¡cuidado con las manos en la operación!


Una vez desmontadas y separado el material que deseamos aprovechar, se puede almacenar por similitud de piezas o naturalezas, y distribuir en nuestro taller para su almacenamiento, en espera de ser cortadas y preparadas para su destino, pero no debemos olvidar que estas piezas necesitan apoyarse en una superficie totalmente plana y recta, que además soporte peso y posea resistencia, como podría ser una estantería metálica de las utilizadas para máquinas de bricolage, pues su naturaleza tiende fácilmente a doblarse y curvarse, de manera que se perdería su calidad como material de uso –aunque esto es relativo si pensamos en el doblado de tracas--, y solamente se podrían recuperar con humedad, calor y muchísima paciencia y tiempo, utilizando dos piezas de apriete planas, entre las que habría que aplastarlas enérgicamente para volverlas a su estado normal, pero perdería algunas de sus características primarias, y se podría rajar con demasiada facilidad.

La madera de chopo, como casi todas las maderas, debe mantenerse en lugar seco, fresco y bien ventilado; al ser una madera muy absorbente, la misma humedad del aire la puede afectar, debe estar alejada de la luz directa y fuerte del sol, y por supuesto, de la humedad concentrada, que abriría sus fibras y la resquebrajaría con el tiempo. Los cambios bruscos de temperatura también pueden modificar su calidad y sus características, mostrándose débil y deshaciéndose cuando ha pasado demasiado tiempo sometida a variaciones de humedad y calor contínuas, alterando su composición orgánica, que le produce una evaporación demasiado rápida.

Dentro de cada caja de fruta podemos obtener plantillas de diferentes medidas que se identifican con otras piezas similares, de otra caja de fruta diferente, con diferentes anchos y gruesos, de modo que siempre vamos a tener opciones diversas dentro de éstos materiales. La variación tampoco es muy exagerada, en previsión de un penoso trabajo de adecuación, y entre las que se pueden adaptar a los forros de los cascos, por ejemplo, encontramos una gama que va desde 3 mm. hasta otras que presentan 5 mm. de grosor, llegando en piezas muy poco habituales a encontrar 6 mm. de grueso y que son las más fuertes, con una naturaleza de madera muy buena, siempre con una gama variada de anchos y de aspectos de la madera en relación con su color y su resistencia, y que se ha señalado en la fotografía adjunta con las letras A y B, y que, como se puede ver claramente, vienen montadas como laterales y frentes en las cajas. Su corte se realiza fácilmente con seguetas de marquetería, pequeñas sierras de bricolage o modelismo, o con medios mecánicos provistos de discos de sierra de pequeño y medio diámetro, sin que se necesiten sierras especiales al tungsteno ni nada parecido, pues la resistencia de ésta madera no lo exige.


Entre las que son más susceptibles de ser adaptadas a las cubiertas, por ser algo menos gruesas y algo más amarillas (como el color del roble, el cedro, o el color clareado de la teca, por ejemplo), hay una variación que va entre los 2 mm. y los 3 mm. dependiendo igualmente de la clase de caja de donde se obtengan, aunque éstas se pueden obtener también de las piezas anteriores pensadas para los forros, debidamente rebajadas si fuera necesario, su corte es igual al caso anterior.

El doblado de las dos clases de piezas anteriores debe realizarse mediante humedad y algo de calor, pero no ofrece una resistencia muy grande ni siquiera con gruesos de hasta 4 mm., pues una vez que se van saturando con algo de agua caliente, las fibras ceden de manera extraordinaria, y si se emplean plantillas de doblado, el trabajo se realiza en segundos, pudiendo llegar a alcanzar 90º y 180º de doblado sin apenas esfuerzo, aunque con un poquito de paciencia. Una vez secas las piezas conservan el doblado con su naturaleza intacta, y muy pocas veces se aprecian cambios en su estructura o sus características, que puedan afectar a la calidad de la pieza, porque estamos realizando el trabajo sobre piezas pequeñas.

Para las pocas piezas de 5 a 6 mm. que se suelen encontrar se necesitaría ya el calor de un soldador o similar, pues su resistencia y sus fibras de duramen, le dan a ésta última versión de madera de chopo una fuerza que no vencerá solamente un poco de agua caldeada, necesitándose generar vapor para torcer la pieza, y una mayor paciencia, pues en el caso difícil de éstos doblados se necesitaría ya mucho tiempo, aunque éstas piezas se pueden comparar mejor con quillas , sobrequillas o baos que con forros.

Asimismo, encontramos unas curiosas piezas, en el fondo de las cajas, que tienen un aspecto muy delicado, y por desgracia son las menos sanas de todas, presentando a veces numerosos nudos, pero éstas piezas tienen la ventaja de servir de forros de casco a botes y esquifes, entre otras, para escalas muy pequeñas, pues poseen un grosor que va entre 0.8 mm. y 1 mm. máximo, algunas suelen ser de color oscuro, semejando el duramen de algunos grandes robles del norte, o el color marrón claro de algunas maderas tropicales, son las piezas que en la fotografía adjunta se han marcado con la letra C, y que como se ha mencionado anteriormente, vienen montadas en los fondos de éstas cajas.

Entre ésta variedad anterior de piezas, hay otras mucho más blancas y delicadas, que ofrecen un grueso que va desde 1 mm. hasta 1,2 mm. aprox., y se podrían aplicar a las mismas funciones, siendo también útiles como cubiertas de los mismos botes o esquifes auxiliares de los barcos. Estas piezas se doblan con suma facilidad, incluso sin humedad, y se adaptan a las curvas dobles de los fondos de los cascos, en sus extremos de popa y proa, de manera admirable, sin romperse ni rajarse cuando están debidamente preparadas y pulidas de antemano. Los cantos de ambas versiones se liman bastante bien y aceptan casi cualquier ángulo de canteado entre tablones, de modo que si se realiza bien el trabajo, se puede obtener un casco liso y perfecto, especialmente entre las embarcaciones menores, en las que la unión entre tracas a escala reducida, presenta menos detalles. Son perfectas para los forros a tingladillo. El corte de éstas piezas se puede llevar a cabo mediante discos tipo dremel, para los cuales estos materiales no presentan la más mínima dificultad, y el resultado suele ser bastante óptimo. A veces, el corte se puede hacer con gubias o formones, paso a paso, horadando lentamente la mitad del grosor en una primera pasada, y cortándolo definitivamente en una segunda, pero hay que confesar que el resultado es más arriesgado para la integridad de la pieza, mucho más lento además de dificultoso, y el canto hay que limarlo con dedicación cuando se ha obtenido la pieza final, por lo que se aconseja el corte mecánico para un resultado de calidad.

Unas piezas que son de relativa utilidad por su excesiva fibrosidad, se encuentran alojadas en la parte alta de las cajas, formando la terminación de los frentes marcados con la letra B, y que son piezas estrechas que pueden venir agrietadas y abiertas, solamente en algunas cajas se hallan éste tipo de piezas con la calidad suficiente para ser utilizadas en construcción, ofreciendo una pieza compacta y digna de ser utilizada, suelen tener alrededor de 3 mm. de grosor, en ocasiones pueden llegar a 4 mm., y su historial es similar al de las piezas A y B, con la diferencia de que son más estrechas y presentan a veces cierta concavidad forzada por pesos colocados sobre ellas, sobretodo si se han visto sometidas a humedades. Son las piezas marcadas en la fotografía con la letra D.

Paralelamente a todas estas piezas, se encuentran otras en las cajas de fruta que forman parte de su estructura, y cuya aplicación está más relacionada con el reciclaje que pueda llevar a cabo el modelista dentro de su propia imaginación, que con la utilidad básica que presentan dichas piezas. Estamos hablando de piezas como las escuadras triangulares que sujetan las piezas laterales y los frentes, de la misma madera de chopo, y que marcamos en la fotografía siguiente con la letra E. Estas escuadras podrían formar parte de determinados modelos construidos con la técnica de mamparos para servir, enteras o rebajadas, de refuerzos de algunas de las cuadernas, así como para servir de base a cubiertas, antes de cerrar con piezas enterizas que luego se forran con listones. Igualmente pueden ser de utilidad para unir dos de ellas y formar un listón grueso y cuadrado, compuesto de dos medias piezas para diversas funciones, como la de crear una columna de madera rápidamente, o servirse de ellas para sujeciones provisionales de cualquier clase.

En todo caso, suelen ser más prescindibles que sus vecinas, y presentan numerosos agujeros producidos por las grapas industriales, que habrá que tapar con pasta de aserrín o similar si se desea que tenga aspecto presentable.

Otras cajas de fruta diferentes aportan piezas de cartón piedra, y que van grapadas en los frentes y en los laterales de la caja, que en un momento determinado suelen servir para construir gálibos temporales o fijos, así como montajes provisionales para los modelos, o como base para cubiertas en el sistema de mamparos, son de color marrón oscuro, o de marrón claro, y de aspecto y naturaleza fuerte, con una textura parecida al cartón duro y macizo de algunos contenedores industriales de gran peso, poseen gran elasticidad aunque se pueden abrir por sus fibras con facilidad, y les afecta pronto la humedad y el exceso de calor directo.


Hasta ahora, hemos hablado de varias opciones que ofrecen cajas de fruta diferentes, entre las que se pueden encontrar en los mercados, unas tienen una clase de piezas y otras ofrecen piezas distintas, pero en realidad ¿cuánto material puede ofrecer como media una caja de fruta?, es obvio que la mayoría de ellas alcanza un número similar de piezas de montaje, puesto que sus tamaños, su peso y su uso es sumamente parecido, por ello, su cantidad de piezas utilizables también es bastante similar, aunque en este aspecto entrarían más en juego los propios intereses del modelista naval, y las aplicaciones que quiera dar a las piezas obtenidas en relación con su modelo en concreto.

Sin embargo, en una caja de frutas normal, como media, podemos encontrar piezas que tienen las siguientes medidas (en mm.), como muestra la fotografía adjunta:

a).- 6 piezas de 290 x 30 x 4
b).- 4 escuadras de 145 x 30 x 30
c).- 2 piezas de 290 x 60 x 1
d).- 2 piezas de 497 x 80 x 15
e).- 4 piezas de 283 x 55 x 3
f).- 2 piezas de 500 x 95 x 5
g).- un número indeterminado de grapas de hierro de 1 mm. de sección

Como vemos, en una simple caja común, se pueden obtener un número nada despreciable de piezas que pueden ser utilizables, y que ofrecen una cierta gama de medidas para su uso. Teniendo en cuenta que ocupan poco espacio una vez desmontadas, y que dan bastante de sí cuando se convierten en piezas, configuran un material curioso para trabajar con él dentro del modelismo naval.

Los alambres que poseen éstas cajas son susceptibles, en un momento determinado, de ser utilizados como pequeños clavos o pernos, imitando las barras metálicas usadas en los astilleros, pues su fortaleza, especialmente cuando se cortan en pequeñas medidas, les ayudan a facilitar uniones en toda clase de piezas que no son fáciles de separar una vez que se han clavado. Su medida de 1 mm. supondría, a escala 1/50 por ejemplo, un gran perno de 5 cm. de sección, ideal para la clavazón de grandes curvas, baos, sobrequillas, bulárcamas, o piezas de coronamientos y estructuras primarias del esqueleto, tales como branques, contrabranques, rodas, rellenos de bodegas, etc.

Si estos pequeños alambres se aplastan, además se pueden construir herrajes muy finos y pequeños, para escalas menores, con la garantía de un metal duro y fuerte que no se abre con facilidad, y que una vez pintado o imprimado con técnicas de envejecimiento, es dudoso saber de qué material se trata.

En general siempre hay que hacer una preparación previa de los materiales, llevando a cabo un lijado no muy profundo de estos, bien de la pieza antes de su corte, o bien de la tablazón ya cortada en unidades, ya que la superficie que presentan suele ser algo rugosa, y dependiendo de lo blandas que sean esas superficies se elegirán granos más finos o más gruesos, pero nunca suelen pedir más de un grano medio, desprendiendo un aserrín fino y volátil que se incrusta en todas partes, y a veces, con los materiales más ligeros y blancos, es complicado de arrancar de muchas prendas de vestir, dejándolas con manchas blancas muy rebeldes, debido a que ese polvillo se incrusta de manera impresionante, por ello es aconsejable, para trabajar con estos materiales, utilizar ropa vieja desechable o monos de trabajo que no requieran demasiada limpieza.

Combinadas con maderas tropicales o nobles, tales como bubinga, guayacán, madera de IP, nogal oscuro o teca, entre otras muchas, estas maderas pueden ofrecer un contraste de color que aporta belleza y carisma al modelo, sin faltar a su estética original, y a pesar de que algunas de las maderas utilizadas en modelismo naval pueden poseer cierta resistencia a la hora de crear uniones en cajeados, la madera de las cajas de frutas soporta muy bien la unión por espigas sin romperse, pudiendo compenetrarse con cualquier material para montar un conjunto.

Si hacemos una comparación entre unas y otras, podemos ofrecer, a título de mera curiosidad para el modelista naval, una sencilla lista de ventajas y desventajas que adoptan las maderas de las cajas de fruta frente al resto de las maderas nobles y comerciales utilizadas generalmente en éste arte, con referencia especial a aquellas que se suelen encontrar en los kits:

VENTAJAS:

- Se encuentran en cualquier lugar en abundancia.
- Se pueden conseguir a 0 euros de precio.
- Se pueden obtener un buen número de plantillas con una sola caja.
- Se pueden encontrar varias clases de colores y calidades en sus maderas.
- Son bastante ligeras, lo cual ahorra peso al modelo.
- Ofrecen un material de calidad y resistencia para trabajar en modelismo naval, tanto estático como dinámico.
- Sus medidas se adaptan a cualquier escala y tamaño.
- Se almacenan fácilmente al ser plantillas pequeñas.
- Se trabajan con mucha facilidad, no requieren herramientas especiales.
- Aceptan todo tipo de técnicas de preparación y presentación.
- Sirven para ensayar construcciones sin gastos excesivos en materiales.
- Nos ofrecen la opción de crear nuestros propios materiales, que nunca serán insuficientes.
- Estas maderas pueden imitar a otra gran gama de maderas mejores.
- Se pueden construir una infinidad de piezas con sus maderas.
- Se combinan con otras maderas fácilmente creando estéticas de tonos y colores.
- Pegan con cualquier tipo de pegamento de manera genial.
- Se cajean y se perforan con mucho margen de seguridad antes de romper.
- Sus piezas doblan con muy poco esfuerzo en ángulos pronunciados.
- No ofrecen mucha resistencia a cualquier herramienta de corte, ya sea disco o sierra.
- Su serrín sirve para fabricar una pasta de madera que, con cola, forma un cubriente de calidad, y mezclado con serrín de otras maderas aumenta su eficacia.

DESVENTAJAS:

- Debemos buscarlas abandonadas como material de desperdicio, a veces, junto a contenedores de basura.
- Debemos desmontar las cajas antes de contar con las plantillas de madera.
- Presentan agujeros producidos por las grapas industriales.
- Hay que dibujar y cortar sus plantillas para obtener las piezas.
- Necesitan ser lijadas y pulidas para ofrecer un aspecto aceptable.
- Su corte nunca es tan perfecto como el de los materiales comerciales.
- A veces presentan zonas nudosas o desechables.
- Algunas de las piezas se pueden romper fácilmente al forzar mucho.
- Su belleza y calidad no es tan grande como los materiales nobles o comerciales.
- No se encuentran en la lista de los materiales más utilizados por los modelistas profesionales.
- Suelen ser más bien maderas claras, por lo que, para obtener las oscuras hay que darles tinte, barniz o pinturas.
- Para adaptar los grosores a la escala, a veces hay que rebajar las piezas.
- Sus plantillas son cortas, máximo 500 mm., para obtener piezas largas hay que ensamblar dos o más.
- Les puede llegar a afectar mucho la humedad antes de su acondicionamiento.
- El sol directo evapora su humedad orgánica mermando su calidad.
- Les afecta la variación brusca de temperatura.
- La duración de los modelos ronda los 20 años de tiempo con estas maderas.
Como podemos observar, sus ventajas y desventajas están bastante equilibradas, y es que en este arte influye de manera relevante el punto de vista personal del modelista, según el cual, estas maderas alcanzan un mayor o menor grado de perfección en relación con la experiencia y la técnica con las que se trabajan, que ayudarían a que los materiales que nos ocupan presenten una determinada estampa sobre un modelo. El hecho de trabajar una madera determinada, no cambia el manejo de las herramientas de manera particular, pero sí modifica de algún modo el trato que debemos aplicar a esas maderas, según la naturaleza de las mismas, sacando todo el partido posible a estos materiales.

En el caso particular de las cajas de frutas, y como caso especial dentro del modelismo naval, estas maderas nos ofrecen la ventaja de poder fabricar montones de piezas sin el disgusto de saber que estamos perdiendo dinero al estropear un material que hemos debido comprar, y que estamos desperdiciando, ya que la facilidad para obtener sus piezas, y la enorme cantidad que se pueden obtener con ellas, nos permite trabajar una y otra vez hasta que la pieza salga perfecta.

Además de la preparación normal para realizar tareas de carpintería, estas maderas facilitan bastante su transformación para el enmascaramiento, como por ejemplo, cuando se preparan productos de imprimación tales como soluciones con cola y agua para hacer un posterior pintado sobre una base sólida y dura, que evite el exceso de absorción; también es un gran referente a la hora de fabricar pasta de madera con su serrín, el cual se puede preparar tanto en forma fibrosa, con aspecto de lana, como fino y microscópico, obteniendo con cola de madera una pasta que se introduce en desperfectos a presión, y una vez seca, se convierte en un sello resistente que pocas veces rompe por su unión. Si la pasta se realiza con pegamentos industriales además del serrín que estamos tratando, las uniones se pueden llevar a cabo en trabajos de carpintería profesional.
Capitán Vernon.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

SKAFE, por Thanassis

En el siglo XIX, en la pequeña isla griega de Simi se construía un peculiar tipo de barco. Era el "Skafe de Simi", tomando su denominación por su origen. Su nombre tal vez se refiere a la palabra Ιtaliana "scafo".
Se trata de un barco con dos mástiles, aproximadamente de 15 metros de longitud y 5 metros de anchura con una proa recta, igual a la quilla, con un gran calado.
Sus velas eran grandes, sobre la base de la "Sakoleva" (una gran vela cuadrada en su patio principal diagonal). Se utilizaba para la pesca y navegaban hasta las costas del norte de África. Llevaba una tripulación de 7-8 hombres y entre ellos los "buzos desnudo" (sin equipo de buceo) que se buceo sólo con una esponja en la boca (para dejar entrar el agua) y una roca en sus brazos. El capitán tiene la responsabilidad de seguirles (cuando se encontraban en las profundidades), utilizando sólo el gran timón de la nave y la pequeña vela de popa (el "metzana").


Esta forma peculiar de este barco me dio la motivación para construir un modelo de él.
He hecho un montón de búsquedas sobre el aparejo, pues yo había visto modelos con dos versiones en relación con la colocación del segundo mástil. Una versión es la que muestra el segundo mástil en el extremo superior de la popa pero me inclino a créer que es un "libre" de recreación artística.
Por último, un buen amigo me dio la solución a través de buenos planos.
El modelo se hizo con "tracas sobre cuadernas" (tracas de madera de haya y cuadernas de madera contrachapada). Los mástiles de la modelo se hicieron en una pieza continua, ya que el real de los mástiles del buque, los cuales se realizan a partir de árboles de ciprés en una sola pieza.



Como el barco se dedicaba a la pesca de esponjas, yo puesto en su todos los elementos que se refieren a su uso.
Un rezon, una escalera de cuerda, cestas con esponjas, ganchos, y las rocas que se utilizaban, por parte de los buceadores, para ir a las profundidades del mar.


He hecho una modificación en el modelo en su vela principal y sus aparejos con una latina con su verga en diagonal, tal y como aparece en una versión del mismo. Además ella tiene un segundo pequeño mástil con una vela triangular muy cerca de la popa.




Por desgracia la llegada de la "traje de buceo" marcó el final de estos buques y sólo hay modelos que nos recuerdan esos días.
Gracias
Texto y fotos por Thanassis
Versión castellana por Ramón Olivenza

lunes, 17 de noviembre de 2008

LA HERMANDAZ DE LOS 8 SILLONES

Historia.

Como la mayoría de estas cosas, surgen por azar, por una palabra dicha aquí, un comentario hecho allá. El caso es que mientras Ramón preparaba la convocatoria de este año, le comenté una ceremonia sorprendente a la que asistí en un congreso en Escocia. Ni la ceremonia ni el congreso vienen al caso. Pero si que nos sirvió para comentar la facilidad que los ingleses tienen para hacer virtud de cualquier anécdota, o incluso defecto o salida de tono, y convertirla en una dignísima tradición. Al final muchos invitados haciendo el tonto todos los años investidos de la más seria apostura, año tras año, se convierte en un inveterada tradición. Pero estas comienzan con eso, una situación anómala.

A ello, Ramón respondió que llevaba tiempo pensando en hacer algo de esto, ya que una tradición de este tipo consolidaría aún más los 8S.

Tiempo después me dijo que había pensado en crear una especie de consejo de sabios que se podían formar con los ganadores de cada edición más un elegido por los miembros de este grupo, en función de los méritos contraídos en defensa de nuestra afición, ewsta elección sería anual y se sustanciaria al finalizar de cada convocatoria.

Este año seríamos pues los tres ganadores anteriores, Isidro, Ramón y yo, y nos proponía como elegido a Joaquín. Ambos, Isidoro y yo nos pareció muy bien. Fue, pues, una elección por unanimidad.

Procedió, pues el organizador del evento a encargar la placa dedicada al elegido del año. Pero, ¡Oh sorpresa!, cuando fue a recogerla, nuestro artesano había escrito un muy castizo "Hermandaz de los 8 sillones". Ramón y Paloma me lo comentaron incrédulos, pero acordamos que el azar nos había dado el elemento que necesitábamos. No crearíamos una hermandad sino una hermadaz. Y cada año nombraríamos un nuevo elegido para la nueva Hermandaz.
Objeto


El objeto de la nueva hermandaz será la de asesorar y ayudar en lo posible al desarrollo de las futuras convocatorias.

Tenemos una ventaja importante ya que si bien una hermandad suele tener un objeto y un objetivo más o menos definidos. Una Hermandaz puede ser cualquier cosa, nunca existió una, y será lo que queramos que sea. ¿Puede haber un futuro más espléndido ante nosotros? ¿Algo más abierto?

Unámonos, pues, todos y brindemos por el futuro de los 8S y por el de su Hermandaz.

¡Salud!

NOTA INFORMATIVA

Tras un período en el que se han permitido intervenciones sin control alguno y visto su resultado, nos vemos en la necesidad de establecer unas mínimas normas editoriales en aras de la continuidad de ARGONAUTA.
En adelante, las nuevas normas que regirán la revista son claras:
1º.- Se borrarán, inmediatamente, todos aquellos contenidos que no tengan nada que ver con el mundo del modelismo naval en alguna instancia.
2º.- Se borrarán, así mismo y muy especialmente, todos aquellos contenidos publicados por personas no identificadas suficientemente, bien por su nombre, bien por su seudónimo o avatar siempre que este sea suficientemente conocido.
3º.- Se borrarán todas aquellas intervenciones cuya finalidad no sea otra que alabar o menospreciar a persona alguna, sin más argumentos o contenidos.
Igualmente, se va a proceder a limpiar los distintos hilos de este tipo de intervenciones que nada aportan y mucho perjudican.
Así mismo, por deseo expreso de su autor Thanassis, se borrará el hilo "No Una Segunda Vez", será borrado, junto con sus comentarios, los cuales carecerían ya de sentido.
También se borrarán todas las intervenciones; artículos y respuestas, correspondientes a el incidente acaecido en Argonauta, por ser ya de todos conocido y por no aportar más que confusión al futuro de la revista.
Si alguien se considera perjudicado por tal medida y considera su causa susceptible de revisión, puede, con toda libertad, exponer sus quejas en el correo de la revista.

domingo, 16 de noviembre de 2008

UN DÍA PARA EL RECUERDO

Ya ha pasado.

Un año más, han acabado los 8S, aunque ha partir de ahora pasarán a llamarse 8Z.

Un marco excepcional, el local de la Real Liga Naval. Una reunión de amigos comentando inténsamente de lo que nos gusta, aprendiendo multitud de cosas, nuevas técnicas, nuevos trucos, nuevas soluciones, nuevos consejos y, sobre todo, nuevos viejos amigos.

En breves días aparecerá una crónica del evento, seguro, en alguno de los foros aparecerá y será mejor y más exhaustiva que estas breves líneas.

Únicamente quiero dejar constancia del hecho y agradecer a todos: Organizadora, organizador, anfitriones, participantes, asistentes y resto de acompañantes por su presencia, su activa participación que hace tan singular este evento. Al tiempo caótico y ordenado, escolástico y anárquico. Donde todos hemos aprendido cosas sobre algo que nos gusta mucho.

¿Hay algo más importante que esto?

Repetir mis agradecimientos a todos, sobre todo a la Real Liga Naval, a Paloma y Ramón y al resto.

Felicitar al elegido Eustaquio Díaz y al resto de los ganadores. Puesto que todos ganamos. Sin dejar en el olvido al nuevo miembro de la nueva HermandaZ de los 8S, Joaquín Yarza cuyos méritos son de sobra reconocidos por todos, por ser el hacedor del milagro de ponernos en contacto a todos con todos. ¡Gracias Joaquín!

Lo dicho ¡UN DÍA PARA EL RECUERDO!

martes, 11 de noviembre de 2008

UNOS RESTOS EXCEPCIONALES: FRAGATA DEL XVIII EN CÁDIZ

El otro día, conversando con Agustín Paloma, mas conocido por todos como PERAGUPAMA, mientras que revisábamos libros (¡ y que libros!) de su biblioteca y sacabamos defectos a cierto modelo decimonónico, surgió de manera incidental el hecho de que existían unos restos de una fragata del siglo XVIII, perfectamente desconocidos, aunque a la vista del público, en los que se conservaba una buena parte del cobreado.
De todos son conocidos los larguísimos hilos que, de tiempo en tiempo, surgen sobre el cobreado antiguo, su colocación, su disposición etc, sopesando hasta el diezmo de la ruda sobre cualquier aspecto del mismo. Sería magnifico examinar la colocación originaria de este cobreado en el XVIII.... un modelista conocido por todos, hasta cruzo el Canal de la Mancha para observar el del Víctory.... debió de ir a Cádiz.
Conocíamos el resto de la roda del Triunfante que descansa en el Maritim de Barcelona, pero de éstos que ahora nos muestra PERAGUPAMA ¿alguíen ha hablado antes? ¿los ha citado como fuente? Yo personalmente no se lo he oido referir a nadie.
Emplacé a este amigo a hacer fotos y aquí las tenemos.
Estos restos se encuentran en Cádiz, en la Escuela de Suboficiales de la Armada.. Pertenecen a una fragata del siglo XVIII de una eslora de unos cuarenta y cinco metros y se encontraron enterrados en el fango de los Caños – lugar tradicional de abandono de los navíos dados de baja en siglos pasados – concretamente en el Caño denominado de los Galeones . No es un descubrimiento reciente: según reza en una añosa placa, dichos restos fueron recuperados en 1971.
Creo que estos restos son una joya documental, podeis apreciar que la parte de cobreado es amplísima permitiendo despejar cualquier duda sobre su colocación y disposición del claveteado. Son muchísimos tambien los detalles que pueden estudiarse puesto que subsisten parte del timón, sus bisagras, gran parte de forro y varengas.
Una vista del interior de dichos restos para apreciar detalles de la sentina, quilla, sobrequilla, forro interiror, etc , puede ser impagable.
Creo que estas fotos que nos regala PERAGUPAMA, son importantísimas y van a ha hacerse famosas.
Paso a las fotografías que, creo, se comentan solas.











Reportaje fotográfico efectuado por Agustín Paloma (PERAGUPAMA)