viernes, 30 de mayo de 2008

EMBARCACIONES TRADICONALES: LA PALANGRERA, por Manuel Derqui

Dentro de la gran variedad de barcas de vela latina de la costa del levante español, quizá una de las más características, dentro de la denominación genérica de los Llauts, sean las barcas palangreras.



Estas eran barcas de cierto porte, entre las “cobertadas”, es decir con cubierta, de alrededor de 15 metros, capaces de navegar de madrugada hasta el caladero y mantenerse en él mientras se recogían las artes, se estibaba la carga y se lanzaba una nueva arte que generalmente se recogía por la tarde, reiniciando el ciclo.

Su casco destaca por tres características comunes a la mayoría de los Llauts de playa, la roda redonda, puesto que se varaban en la playa tras cada acción de pesca, la presencia de “escues” o carenotes, dos maderos corridos a los lados de la quilla y cuya misión principal era facilitar el varado en la playa, aunque naturalmente ayudasen a la estabilidad y a evitar la deriva en ceñida y el “rumbo” o agujero que atraviesa el casco al pié de la roda y cuya misión es pasar una braga que permita facilite el varado en la playa.


Esta tres particularidades desaparecen en los pocos cuya base estaba en los puertos, la no necesidad de ser varados en la arena hacen desaparecer las rodas redondas, presentándolas rectas, las escues o carenotes y el rumbo.


La cubierta se caracteriza por ser cerrada, con un gran tambucho corrido dividido, generalmente, en cuatro o cinco secciones, y por tener una cubierta con unas inclinaciones muy pronunciadas en el sentido de la brusca, con dos finalidades; la primera ayudar a la evacuación de las aguas, la segunda facilitar el tránsito por cubierta cuando navega con escora, la banda de barlovento se levanta y la cubierta queda prácticamente horizontal, facilitando el paso.

Las bordas están dotadas de los elementos más característicos y los que verdaderamente identifican el Llaut como palangrera y son las bordas falsas sobre elevadas mediante paños, falcas, sujetos por unos tacos ranurados que se ajustan a la borda, falcafort, y que se denominan: Macarró.

Finalmente la arboladura consistía en un único palo macho sujeto al banco central, banc d’arbrar, mediante una canal que unía el banco con la Carlinga o Paramola al pié, y que mediante una abrazadera debidamente afirmada con cuñas mantiene el palo en su sitio. El palo mantiene una fuerte inclinación adelante que le permite contrarrestar la caída atrás de la gran vela latina, ya que únicamente se sujeta mediante la ostaga, o contradriza de la percha de la vela.

El modelo que realicé, realmente fue una profunda restauración de un modelo que encontré en un mercado de viejo. Lo que finalmente determinó el nombre de mi modelo que denominé "La Restaurada".

Comencé por abrir los tambuchos y arrancar con mucho cuidado todos los mamparos y recortar la falsa quilla, lo que me dejó un casco despejado en el que trabajar.

Con madera de lladoner corté listones de 3 x 3 mm de sección y fui confeccionando las cuadernas pegando primero una contraquilla, luego las varengas y finalmente los genoles.

El paso siguiente fue colocar los bancos, que en estas barcas cumplen con la función de baos estructurales, son curvados y mediante cuñas complementarias colocadas a los lados dan forma e inclinación a la cubierta que se apoya en ellos.



El banco central precisa un trabajo especial ya que ha de portar todo el dispositivo de fijado del árbol de la vela, que ya hemos descrito.

Después procedí a colocar cubierta y brazolas, la primera aprovechando la que me encontré y las segundas haciéndolas de nuevo con sapelli.

Llegó el momento de ponerme con el timón, lo primero que me encuentro es que el codaste queda corto, apenas sobresale de la línea de cubierta, para suplementarlo hago un ranurado transversal en donde encajo tablas de nogal del mismo grueso y posteriormente otras tablas de coral, lo que me da un laminado muy resistente perfectamente ensamblado a la roda anterior.

Con ello queda construido el Moño; Roda, Contrarroda, Escotera, y ojo del Gradí que es el agujero que atraviesa la roda y donde se afirma el fiador del timón.

Con estos trabajos y los correspondientes de pintura quedó acabado el casco de la barca por lo que comencé a arbolarla siguiendo las indicaciones del libro:


"NUESTRA VELA LATINA"
Francisco Oller y Vicente García-Delgado
Editorial Juventud

Las velas son de algodón y toda la cabuyería es comercial, no me había atrevido aún a hacer una máquina de fabricar cabos.

El trabajo acabó con la fabricación de todos los artilugios que debe llevar esta barca: ancla, rezón, palangres, bollas, muertos, lastres fijos y móviles, remos, mirafondos, etc., etc., etc.

Finalmente os adjunto la documentación utilizada, porque considero que tienen importancia, sobre todo a los interesados en estas barcas tradicionales.

Además del mencionado anteriormente:

“LA VELA LATINA”
Un símbolo de la cultura mediterránea
Julio Mas
Ediciones Mediterráneo

“LA VELA LLATINA A MALLORCA
Patrimoni i competició
Bernat Oliver Font
Editorial Moll

“LA VELA LATINA CANARIA”
Alejandro Rodríguez Buenafuente
Centro de la cultura popular canaria

“MANUAL DE LA CONSTRUCCIÓN AMATEUR DE BARCOS”
Michael Verney
Editorial Tutor

Colección El Nostre Mar, de Editorial Noray, Tomos 1, 3, 5 y 6

1 ”BOTS I BARQUES
Francisco Oller

3 “VOCABULARI DE NAVEGACIÓ
Francisco Oller

5“LA PESCA A CATALUNYA
Emerencià Roig

6: “LA MARINA DEL VUIT-CENTS
Emerencià Roig

Planos de Museu Maritim de Barcelona

Nº 18 Barca Palangrera
Nº 28 Barca Pesquera almadraba de Cartagena
Nº 33 Caro d’ArtPepet
Nº 10 Llaut de Cartagena

Planos de Xavier Pastor Quijada

LLaüt de Bou 1890, Cod.: 5510 Laut Mallorquín Cod.: 5505
Falucho Mediterráneo, Barca de mitjana de Catalunya, Cod. : 5507
Pingüe 1800: Embarcación Mediterránea de cabotaje. Cod.: 5515

También podéis encontrar un paso a paso de su construcción el siguiente archivo pdf:

No hay comentarios: