sábado, 24 de mayo de 2008

TRATADO DE ARBOLADURA Y JARCIA 3


CAPITULO 3. MESAS DE GUARNICIÓN

Las mesas de guarnición consisten en unos tablones adosados al lateral del casco de tal manera que en ellas se apoyen los obenques con la finalidad de abrir ángulo en la colocación de los mismos.

Como este tratado va dirigido al modelista con poca experiencia, aclaro que los obenques son unos cabos muy gruesos y fuertes que tienen como finalidad sujetar los palos machos, masteleros y mastelerillos. Generalmente también sirven de base para las “escalas” de cuerda por las que se sube a los palos, denominándose a los “peldaños” flechastes.

Con el fin de abrir el ángulo de estos obenques y facilitar también la sujeción de los mismos al casco se colocan las mesas de guarnición.

Debemos destacar un hecho que suele dar lugar a errores: los obenques no se sujetan en las mesas, se sujetan en el casco y en las mesas solamente se apoyan. Las vigotas no ejercen la fuerza de tracción sobre las mesas sino que la ejercen sobre el casco a través de los cadenotes, por lo que la función de la mesa es la de mero punto de apoyo. Aún así, esto es mucha fuerza, por lo que las mesas son robustas solidarizándose su estructura con la del casco y reforzándose con curvas.



Esquema de la función de las mesas.

En el caso de los modelos también hay que cuidar su solidez y para ello hay dos sistemas:

  • Construirlas al mismo tiempo que se forra el casco, dejándolas “embebidas” dentro del forro, con lo que formarían parte del mismo y adquirirían su misma solidez.
  • O bien, añadirlas postizas que es un sistema más cómodo y que permite tener un casco expedito de obstáculos (por ejemplo para lijar) hasta el último momento. Este sistema que es el mas extendido requiere atender a la solidez de la unión, para ello recomiendo el sistema de mechas de metal que da unas uniones muy sólidas y prácticamente evitan el riesgo de fractura. Bastarán unos clavitos sin cabeza o incluso unos trocitos de alambre galvanizado para conseguir estas mechas. Combinadas con cola blanca la unión es muy solida, aunque puede reforzarse mas con el uso de epoxi (aunque personalmente lo considero excesivo e innecesario). Nunca usar aquí ciano.
Cuando se trata de mesas grandes se les suele añadir unas curvas o unos tablones de refuerzo.
Como he apuntado antes, los obenques, a través de sus vigotas o aparejos de tensión, sólo se apoyan en las mesas, eso implica que sus cadenotes (las piezas que unen las vigotas o tensores con el casco) atraviesen la mesa; y esto lo hacen a través, no de agujeros en las mesas (esto muy rara vez ocurre), si no de unas entalladuras en el canto de la mesa que corresponden a cada cadenote. Posteriormente, cuando ya están los cadenotes en su sitio, el canto se tapa con un tabloncillo que remata el canto de la mesa (el cual no es raro que vaya labrado en su perfil de alguna manera).


Las mesas tienen un tamaño variadísimo dependiendo del tipo de barco, su época, su tonelaje, etc... Desde mesas descomunales en buques de guerra hasta el XIX (Melville, en su “Chaqueta Blanca”, obra autobiográfica, cuenta que muchas veces embarcado en una gran fragata americana, dormía en las mesas para buscar intimidad) hasta prácticamente inexistentes en buques pequeños o mas modernos. Realmente puede decirse que a finales del XIX las mesas desaparecen con carácter general, los obenques suelen ya salir del interior de las bordas aunque sus cadenotes salgan al exterior por diversos expedientes.

Con respecto a sus medidas sólo puedo recomendar que cuando se carezca de planos y se trate de barcos militares clásicos, suele haber reglamentos relativamente fáciles de obtener en la web y foros que detallan las proporciones de las mismas. Esto para los muy puristas, pues con un poco de ojo, sentido común, y fijándose en los modelos de museo, creo que se pueden resolver razonablemente las dudas.
Lo mismo es aplicable a su altura. Esta característica varía en los distintos barcos de distintos países y de distinta época, por lo que conviene informarse de este extremo si se carece de plano. Sin pretender agotar el tema puedo apuntar que:
  • Referente a las mesas de mayor y trinquete, en los navíos de tres puentes, en el siglo XVII se situaban debajo de las portas de la batería media, desde comienzo del XVIII, por encima de esas mismas portas y a partir de la mitad del XVIII por encima de las portas de la batería principal.
  • En los navíos de dos puentes, hasta la mitad del XVIII se colocaban por debajo de las portas de batería principal y después de esa fecha, por encima.
Estos datos están referidos al mundo anglosajón, pero mas o menos fueron adoptados rápidamente por todas las marinas punteras.


Un detalle que se debe tener muy en cuenta, cuando se trate de mesas grandes, es que no son de una pieza, sino que están compuestas de varios tablones. Un fallo que canta mucho es hacer mesas grandes de una sola pieza, esto es feísimo e inexacto. Se deben hacer de varios tablones o bien simular que están hechas de varios tablones. Estos tablones suelen ensamblarse mediante uniones en “almena”.




Otra cuestión importantísima es la ubicación de las mesas con relación a la ubicación de los palos. Hay que tener un extraordinario cuidado de que el primer obenque no sobrepase nunca la línea horizontal del palo, pues si esto ocurre dicho obenque impedirá la maniobra de la verga, Cuidado con esto pues es muy fácil que ocurra y solo se da cuenta uno cuando pone la verga...mucho tiempo después. Pongo algún esquema del problema.

Mal

Bien

Por último señalar que la referida función de apoyo del obenque es la primordial de la mesa, pero que ésta sirve también para otras muchas maniobras que nacen o mueren en ella, a las que ya me iré refiriendo en su momento, pero a los efectos de dejar preparadas estas piezas antes de empezar a arbolar, creo que con atender a lo expuesto es suficiente.

2 comentarios:

Náufrago dijo...

Magnífica explicación. Un par de dudas y una sugerencia:

- ¿En realidad, las mesas iban embutidas en el casco,como los cintones, verdad?

- Si se utilizan mechas de metal para unir la mesa al casco no sería más aconsejable utilizar epoxi antes que cola (destinada a uniones madera-madera).

He visto algunas mesas ligeramente inclinadas hacia arriba, lo que me ha planteado si no sería aconsejable al fijarlas al casco, hacerlo en vez de totalmente perpendicular, con un mínimo ángulo hacia abajo (pongamos a 85º), que se contrarrestará con la tensión que luego ejercerán los obenques y que siempre tiende a levantar un poco las mesas.

Anónimo dijo...

Yo sujeto las mesas al casco con unos clavos sin cabeza, 2 ó 3 según el tamaño de la mesa, que previamente meto en la misma y presento contra el casco para fijar la posición. Luego taladro el casco al diámetro del clavo y siempre sujeto la mesa con epoxi, no con cola. La cola blanca es muy fiable si las superficies de contacto besan bien y están bien apretadas. Es muy difícil conseguir una buena unión entre el casco y la mesa pues siempre hay una curvatura que es muy difícil igualar. Si no besan perfectas no hay buena unión. Por eso el epoxi es idóneo, porque rellena las imperfecciones. Al menos es mi opinión y así lo hago hace tiempo. Y el epoxi pega muy bien no solo madera-metal y metal-metal si no también madera-madera.