sábado, 1 de marzo de 2008

GANANDO LA GUERRA DE CUBA

La guerra de Cuba nunca se ha cuestionado que estaba perdida y así se ha analizado, algo como la profecía autocumplida.

¿Pero esto es cierto? Yo creo que no. Con un mando capaz y firme, estoy pensando en que no hubiese muerto tan joven Don Casto Méndez Núñez, y un plan adecuado quizás a los americanos al menos no les hubiese salido tan barato.

Sostengo que la estrategia adecuada era la siguiente: Dado que teníamos barcos (cruceros) más rápidos que los americanos (acorazados) deberíamos haber pasado a la ofensiva. Con tres bases bien defendidas (La Habana, Santiago y Puerto Rico) que nos sirvieran para carbonear y burlar el bloqueo americano hubiesen sido la plataforma desde la cuál nuestros barcos deberían haber partido hacia la costa americana para bombardearla.

¿Imagináis la opinión pública americana después de haber sufrido un bombardeo en su país? No creo que la flota americana siguiera bloqueando Cuba sino que se hubiese dedicado a defender la costa y para esa estrategia nuestros barcos eran más adecuados.

Resumiendo, creo que eran ellos los que tenían el problema: una inmensa costa que defender con barcos lentos y pesados (acorazados) frente a barcos veloces (cruceros). Claro que siempre que se pasase a la ofensiva.

¡Qué bonito es soñar!

1 comentario:

ramon dijo...

En la pugna clásica entre Francia e Inglaterra, los franceses llegaron a la conclusión de que nunca podrían superar a Gran Bretaña en número de grandes unidades de batalla, buscando soluciones a este problema y de la mano de novedades técnicas que aparecen el XIX, surge la Jeune Ecole, que propugna , en trazos gruesos, que un conjunto de pequeñas unidades modernas, baratas, rápidas y altamente ofensivas, al alcance económico de cualquier potencia menor, podía poner en jaque a las grandes unidades acorazadas carísimas y pesasdas. Dicho de otra manera: un pequeño torpedero podía hundir fácilmente a un acorazado. (Cambiad torpedero, por submarino, por avion o por misil y vereís como la Jeune Ecole, no estaba descaminada.)
En España esta tesis cuajó bastante de la mano de marinos como Villamil, héroe de Cuba, e incluso estuvo a la cabeza técnica con navíos como el “Desctuctor”, invento español.
La guerra de Cuba no estaba perdida, como dice mi amigo, el homónimo del marino, por varias razones:
La filosofía de la Jeune Ecole , si se hubiera seguido, hubiera podido hacer mucho daño a la US Navy.
La flota americana no era la actual, ni muchísimo menos, los EEUU estaban empezando a florecer y su armada acababa casi de salir de la Guerra de Secesión y estaba en un momento de confusión y preparación discutible. (a pesar del factor Mac Mahan) sus unidades eran de una calidad dudosa y de hecho, el Maine explotó por ello.
La flota americana era superior en acorazados pero la española lo era en cruceros y éstos eran de una muy buena calidad, lo de barcos de madera contra acero es simplemente falso.
No se siguieron las directrices de la Jeune Ecole y el “factor Cervera-Montojo” fue nefasto, pero la historia pudo escribirse de otra manera, en incluso, en la época del 98, en Europa hubo diversidad de opiniones sobre el pronóstico del desenlace del conflicto